El mecanizado de piezas en bruto requiere un control preciso de la profundidad de corte para garantizar unas condiciones de corte óptimas. Concedemos especial importancia a la coordinación precisa de la alimentación, ya que influye directamente en las fuerzas de corte, el desgaste de la herramienta y la calidad de la superficie. Mecanizar piezas en bruto a la perfección significa definir la profundidad de corte ideal para cada tipo de material.
Si la profundidad de corte es demasiado grande, se generan elevadas fuerzas de corte y cargas térmicas que pueden provocar el desgaste de la herramienta, desviaciones dimensionales y vibraciones. Especialmente con materiales duros como el acero templado o el titanio, son necesarias alimentaciones reducidas en combinación con portaherramientas estables. Sin embargo, si la profundidad de corte es demasiado baja, pueden producirse marcas de vibración, una formación insuficiente de viruta y un mayor desgaste del filo de corte.
Optimizamos el mecanizado de piezas en bruto mediante ajustes dinámicos del avance, geometrías óptimas de las herramientas y estrategias de refrigeración adaptadas. Las fresas de alto avance permiten una mayor profundidad de corte con menores fuerzas de corte, mientras que las estrategias de fresado trocoidal garantizan una carga uniforme y una mayor vida útil de la herramienta. Esto nos permite lograr la máxima eficacia, una gran precisión dimensional y una excelente calidad superficial, independientemente del material.